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Buena chanza, mejor pitanza

Historias del Ebro

Historias del Ebro

El Ebro me sorprende y me fascina. El invierno pasado, cuando más alto era su caudal y más fuerte su corriente, devolvió ileso a la orilla a un joven piragüista que había volcado. El susto de sus compañeros fue inimaginable y bomberos y policía se esforzaron por buscarlo y rescatarlo tras el incidente. El propio Río puso al muchacho a salvo para sorpresa y alivio de sus rescatadores. Las caricias de las piragüas le gustan.

Hace unos días un Ebrobús no pudo remontar el Río y encallado tuvo que ser asistido también por los bomberos para desembarcar sus pasajeros. El Ebro no ha simpatizado con estos barquetes nunca.

Lo que leo hoy me impresiona. Los siluros han colonizado el Ebro a la altura del Puente de Piedra. Hasta ahí nada a lo que estos tiempos no nos tengan acostumbrados. La particularidad radica en que los siluros han adquirido la tan zaragozana costumbre de encorrer a las palomicas del Pilar que se acercan a beber. La que se descuida termina engullida (enterica y con plumas). Los expertos tranquilizan al personal asegurando que los humanos no corren peligro.

Al tiempo.

5 comentarios

Fer -

¿Y por qué en vez de dejar que los siluros nos cacen no nos enchufamos el traje de hombre-rana y nos metemos en el Ebro a cazarlos a ellos?Quizá con la armadura de Carlos V seríamos inmunes a sus mordiscos.¡Recontracopón con los siluros!Ahora me explico por qué no hay barbos.Nada,que cualquier día montamos una expedición en condiciones y nos los cargamos si es preciso.Creo que tienen espinas hasta en los ojos,que s no...servirían de aperitivo a alguna reunión gastronómica agasaja.

Iñakil coplero -

Tras rezar en el Pilar
bajé a la ribera el río
pajirito sin pío pío
allí traté de aliviar.

Mirando las palomicas
sacudíame las goticas,
si hubiese estado más duro
no se lo zampa el siluro.

carlitos -

Alcántara señaló que los siluros comen básicamente limos, animales muertos y detritus, por lo que las palomas no forman parte de su dieta principal pese a que al tener la boca muy grande "se comen cualquier cosa que quepa en ella, pues no seleccionan su alimentación".

Joder con los siluros, no se os ocurra mingitar en las riberas, no sea que den un brinco y..... de todas formas yo repoblaría las fuentes de la plaza del Pilar con estos bichos, a ver si acaban de una vez con todas las palomicas, palomicas, aaaaaaaaaaahhhhh (léase en plan jotero)

Pedrol -

Sí, sí, son de gran tamaño y se pueden ver fácilmente todos los días. Hay uno que impresiona. Desde lo más alto del puente ya parece grande. Las pobres palomicas caen como moscas.

Olga -

Ja, ja! la verdad es que yo leyendo la noticia he sentido un escalofrío en la espalda... han concluido los expertos que los humanos no corremos peligro por nuestro tamaño, pequeñicos absteneros de visitar las orillas del Ebro.