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Buena chanza, mejor pitanza

Un mundo sin fin

Un mundo sin fin

Se sentaron a un extremo de la larga mesa de banquete. Godwyn no soportaba la idea de recibir la visita de una mujer, de sentarse a cenar con ella como si se tratara de un igual; pero ocultó su malestar.

Había encargado una cena costosa: cerdo con jenjibre y manzanas. Philemon sirvió vino de Gascuña. Elizabeth probó el cerdo y dijo:

- Delicioso.

A Godwyn no le interesaba demasiado la comida, salvo como modo de impresionar a la gente, pero Philemon comía con voracidad.

Un mundo sin fin. Ken Follett.

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