En Ribadesella (Bandera verde)
Los días acompañan y hemos podido bajar a la playa. Aquí el día de playa difiere bastante de como es en el Mediterráneo. Para empezar, bajar a la playa no es una obligación, es una posibilidad y sobre todo una decisión. El parte metereológico oficial ayuda pero no es definitivo. Un mal pronóstico no significa que puedas tener un par de horas de sol y un buen pronóstico no impide que un chaparrón te quite las ganas de ponerte en bañador.
Otra gran diferencia es la posición del sol respecto al mar. Si miras al mar, el sol queda a tu espalda, por lo que debes optar por una u otra orientación. Si no eres cuidadoso en alternar orientaciones corres el riesgo de brocearte tipo "sanwich mixto".
En la colocación de toallas y sombrillas aquí no luchas contra tus congéneres como en la costa dorada. Aquí la lucha es contra los elementos. Una vez que el viento te deja clavar la sombrilla, una solitaria nube la convierte en absolutamente inútil. En Santa Marina tienes como unos 200 m de ancho de playa para colocar la toalla. Eso sí, en marea baja, por lo que si eres lo suficientemente hábil colocarás la toalla a la distancia justa para que el mar moje tus pies a la hora en que piensas dejar la playa.
Para pasar la mañana, Miguel y yo tenemos nuestros rituales. Partido de palas, recogida de conchas y azabaches, y paseo hasta las rocas. Aquí es donde los maños contactamos:
- Papaaaaá, mira que cangrejo. ¡Jodo qué grande!
- Cójelo, pues.
Claro no queda más remedio que saludar:
- Qué paisanos ¿de vacaciones? (Pregunta del aragonés)
- Pues sí. Mira que llueve por aquí, eh?
- Y que no cojan los caracoles.
Luego está el tema de las banderas. Aquí siempre hay bandera amarilla. El día que deben poner roja corren el riesgo de tener que ir a buscarla al golfo de Vizcaya. La verde la guardaron el primer día y no han vuelto a usarla. Aquí los chicos del servicio de salvamento curran. En el extremo oriental de la playa está la desembocadura del Sella. La zona es bastante peligrosa y está prohibido el baño. Pues bien, las facultades físicas del bañista suelen ser inversamente proporcionales a la peligrosidad del lugar que elige para bañarse, vamos como cuando los ancianos cruzan por el Actur.
2 comentarios
Iñakil -
La tarde tiene algo de siesta y mucho de paseo. Paseamos por Ribadesella o Llanes. De momento.
Fer -
¿Y las tardes playeras de Ribadesella? ¿Son de siesta, paseo marítimo, piscolabis, cena, más piscolabis, ...?