En Ribadesella (Marea Baja)
No hay manera, por más que me esfuerzo no consigo entender el mecanismo de las mareas. Dejando aparte sesudas explicaciones astronómicas u otras más imaginativas atribuibles a Poseidón, yo he decidido imaginarme el océano como un enorme plato de sopa. Cuando en un lado baja el nivel, el otro lado corre el riesgo de derramar el líquido.
Aquí las bajamares y pleamares son espectaculares. Y con cuatro pases diarios, nada menos.
La marea no deja de ser un recordatorio de que nuestra vida está rodeada y condicionada por ciclos. Después de uno viene otro y nada se puede hacer y es mejor asumirlo, si es posible, con alegría. Pues eso, que nuestras vacaciones se acaban. A partir del lunes, en mi caso, el ciclo vital lo marcará un despertador.
Me vuelvo desidraatado. Buuuuuuuuuaaaaaaaaaa!
3 comentarios
Iñakil -
Pedrol -
JIL -