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Buena chanza, mejor pitanza

Oscar Mainer

Oscar Mainer

Hace unos meses Heraldo publicaba una entrevista con Oscar y Olga me sugirió que publicara algo sobre él en el blog. Me ha costado porque es difícil escribir sobre un amigo.

Recordar cuando jugaba con Oscar ha sido recordar una infancia y adolescencia felices, desde luego. El primer recuerdo que me viene a la cabeza es el de Oscar llorando tras una derrota en un torneo interno probablemente de benjamines. Los "pitufos" de naranja derrotamos al equipo de Oscar que vestía de rojo. Nada le consoló y eso que creo que era el día de su comunión. Era competitivo hasta la médula. Años después también le vi llorar el día que no pudo jugar la final del sector juvenil porque se casaba su hermana.

Su habilidad innata y su condición de zurdo, le hacían destacar en cualquier deporte de balón. Incluso el primer día que jugó al tenis era capaz de hacer dejadas y globos similares a sus goles imposibles desde el extremo. Faltó a algún partido porque era campeón de Aragón de petanca, y como pareja tenía a su padre. Donde hay capitán no manda marinero.

En balonmano yo poco puedo decir, como anécdota recuerdo la semifinal de la copa juvenil- nosotros éramos cadetes- contra Helios. Saltó desde el extremo cerrado y marcó un gol inverosímil, el contrario reclamó que había pisado al caer. El árbitro, Félix Brocate, corría al centro a dar el gol contestando a las protestas: "Un gol así no lo puedo anular". Probablemente quién más sufrió su genialidad en las categorías escolares fue nuestro portero, Pedro Luis. Pedro asistió a una concentración nacional en categoría cadete y allí sufrió en sus carnes las roscas que hasta entonces se veían de manera esporádica en algún partido de selecciones o División de Honor. A su regreso explicó a Oscar el recurso y éste lo incorporó a su repertorio goleador mientras el resto nos limitábamos a intentarlo. Eduardo, nuestro entrenador, "se desesperaba", recuerda Pedro.

 En su carrera como jugador yo lo calificaría como "rentable". Muchos minutos, muchos goles y poco bombo. La cima de su carrera probablemente fuera la final de la Copa de Europa de 2001 frente al Barcelona. El Barcelona venía de ganar 5 copas de Europa, en la ida el P. San Antonio había vencido 30-24. A falta de muy poco para el final en el Palau, el Barça vencía por 4 goles de diferencia. El ataque era decisivo. Oscar fintó a su contrario, Rafa Guijosa, y forzó el penalti decisivo. En las crónicas aparecía quién marcó el último gol (Jakinovich creo) pero pocas referencias al jugador que asumió toda la responsabilidad y se comportó como un auténtico profesional.

Ahora como gestor le va bien. La gestión en el deporte es ingrata porque está muy condicionada por el resultado deportivo. Si haces las cosas mal te va mal, pero no siempre que las haces bien el resultado acompaña. Suerte en cualquier caso, y si Oscar es fiel al lema con que titula Heraldo ("El problema somos nosotros y nosotros tenemos que solucionarlo") no le abandonará el éxito.

6 comentarios

Iñakil -

Bienvenida Gemma, tanto al Blog como a Zaragoza. De momento vamos visitando la Expo para orientar después a los que nos visitan.
Y por supuesto tienes abierto el blog para compartir con nosotros un sitio donde se coma bien o cualquier viaje que hagas. O lo que te apetezca. Un beso.

Gemma -

He descubierto vuestro blog... y no penseis que ha sido por casualidad, mucha, o toda la culpa la tiene el amigo JIL. He podido descubrir a mis primos los aragoneses... ¡Felicidades!, sou collonuts, ¡i ja no tenim set! viva Zaragoza y la Expo, que por cierto voy a ir a visitarla... !si Dios quiere! iré a Zaragoza o al charco ...

Olga -

Como la hermana pesada que siempre estaba dando mal alrededor de su hermano y por proximidad alrededor de los amigos y compañeros de equipo de este tengo muchos momentos en la memoria. Pero recuerdo perfectamente cuando Oscar vino a casa con muletas para contarme como llevaba su operación de rodilla y para explicarme el camino que tenía que seguir para rehabilitarla ya que él iba un pasito por delante. Es un detallazo de un jugador que ya entonces estaba en la élite hacia un amigo que tenía a su hermana recién operada. La calidad humana de las personas se mide por estos detalles y por el cariño con el que hablan de ti las personas.
La verdad es que me ha quedado un post un poco intenso,¿no? No pretendía más que compartir con todos uno de los momentos que explican el cariño que le tenemos a Oscar en mi casa.

Pedrol -

!!!Podemos!!!

Pedrol -

Momentazos balonmanísticos vienen en cascada. Aquellos maravillosos años. Oscar nació para el deporte en general. Oscar Mainer fue, es y será un fenómeno. De todos los que conocí en mi época de jugador Oscar fue el más profesional. Como haces referencia al partido de semis frente a los de Helios, recordar que hubo un gol espectacular y encima no lo metió él. Mediada la primera parte manteníamos el marcador a favor gracias a la gran defensa, a los latigazos de Javi, etc... Pero ellos eran más corpulentos que nosotros y no había forma de entrar. Solución: Iñakil entra hacia su derecha coge el balón y se la cuelga a Oscar con tan mala fortuna que la pelota se le escora mucho y se queda si ángulo para resolver. El portero le cierra el camino del gol sin moverse en el palo corto. Genialidad: Oscar ve como su compañero del lado derecho Miguel Ángel corre en su ayuda y se la da que con un manotazo la introduce en la portería rival. Había nacido el doble fly jamás ensayado en ningún entrenamiento. Un lujo para unos pobrecillos cadetes ante el campeón juvenil. Pero lo que más me gustaba de Oscar era que cuando el partido estaba con las espadas en alto el cogía la responsabilidad y se la jugaba sin miedo. Y si fallaba lo volvía a intentar. Eso nos daba mucha tranquilidad al resto.

Ex-Presi -

Qué grandes recuerdos de la generación del 69, un grupo muy numeroso, como la del 71, que trabajó mucho y bien sin hacer apenas "ruido".
Siempre peleando con rivales uno o dos años mayores, pero obteniendo unos excelentes resultados deportivos y personales. Sí, si, también personales porque muchos de los éxitos de esta generación venía arropada por la "Peña El Desbarajuste" conformada por las familias de estos jugadores.
En aquellos años, en el balonmano aragonés, pocos seguidores había tan fieles a su equipo como estos. Recuerdo un desplazamiento a Tarazona (qué frío) con parada a la vuelta en Maleján (estaban de Fiestas) para tomar el vermú.
Oscar era, junto con Javi, el alumno aventajado de aquel grupo. Siempre con algún recurso guardado en su prodigiosa muñeca izquierda.
Como bien dice Iñakil, con ese lema, es difícil que le vaya mal en su trabajo.