Visita al Olimpo
VISITA AL OLIMPO
Parte tercera y final
... Mientras nos dirigíamos a la zona noble que era donde estaban los dioses, atravesamos la parte en la que estaban los héroes, yo no paraba de mirar a un lado y a otro, ya que nos cruzábamos con algún tipo de los que llamamos inmortales. Alguno se volvía al pasar extrañado de que un personaje tan serio y reputado como Marcial fuera acompañado de un guerrero tan desastroso como el que iba a su lado, solo me faltaba la lanza para ser la viva imagen del romano de Asterix. Por fin llegamos al lugar de mis deseos. Marcial se hizo notar y enseguida nos permitieron el paso, no sin advertir algo de perplejidad y ciertas miradas de cachondeo por parte de los que estaban en la puerta.
Un sastre por aquellos lares hubiera tenido poco futuro pues tanto el personal del género masculino como el femenino utilizaban poca ropa, o nada como ya os dije, sería por la bonanza del tiempo o por algún otro motivo oculto lo cierto es que aquel lugar hubiera colmado las mayores expectativas del más exigente voyeur. ¡Santo cielo, que cuerpos!. Me sentía como una maruja en el cruce del Hollywood Boulevard y Highland Av. en Los Ángeles, apalancada en la alfombra roja del Teatro Kodak para ver pasar a todas las celebridades cinematográficas del momento. No daba crédito a lo que mis ojos vislumbraban, allí estaban las otras celebridades, muchas desconocidas para mí pero otras totalmente reconocibles por las obras que los pintores han ido plasmando para la posteridad en sus obras. Dioses y diosas, tanto griegos como romanos; me pareció reconocer a algunos por los objetos que portaban en sus manos, cítaras, liras, rayos, tridentes, etc. etc.
Pero yo estaba con mi erre que erre, ardía en deseos de tener frente a mí a la Venus, me rondaba por la cabeza estar al lado de esa Afrodita que tan maravillosamente ha sido tratada por los artistas de todas las épocas. Diosa del amor. Cuentan que todos los dioses estaban sometidos a su poder por los sentimientos amorosos que despertaba, exceptuando a Palas, Atenea, Artemisa y Vesta, lógicamente puesto que eran mujeres y el afecto lésbico no se debía de dar por aquel entonces. Zeus mismo accedía a sus deseos a veces con la máxima complacencia. Parece ser que todos los dioses hechizados por su gran belleza quisieron casarse con ella, casarse o llevársela al huerto, pero todos fueron rechazados, Zeus para castigarla por su orgullo hizo que se casara con Hefesto, el cual era cojo de las dos piernas porque Zeus lo arrojo del cielo y no debió quedar muy entero de la leche que se arreó. Afrodita engañaba a Hefesto con Ares el Dios de la guerra, y con unos cuantos más, en una palabra que refocilaba con todo el que le apetecía, porque tuvo más hijos con otros personajes según cuentan, mas o menos como la Isabel Presley. Afrodita es considerada diosa de la belleza, de las Gracias, la juventud era su mensajera y las Gracias sus compañeras y servidoras, que al salir de las olas cubrieron su cuerpo de ricas vestiduras. Y en estas reflexiones andaba yo cuando Marcial me dijo:
-¿No querías estar con Afrodita?, pues ahí la tienes, aprovecha que hoy debe ser su día libre y no tiene artistas en su derredor.
Me adelanté unos pasos hacia donde estaba ella, acompañada por una de las Gracias, no se cual pues nunca he sabido sus nombres, estaba bellísima, su cabello moreno y suavemente ondulado caía sobre sus hombros desnudos, sus ojos verdes como las aguas del Mediterráneo de donde había surgido me miraron con cierta incredulidad y estupor, como si se preguntara, ¿qué hará este tipo tan estrafalario aquí?. Su tez blanca como la espuma de la que nació -dicen que el hijo de Urano le cortó los testículos a su padre y los tiró al mar, estos produjeron una espuma de la que nació ella- resplandecía bajo los rayos del sol. Yo seguía empapándome de su figura sin osar decir esta boquica es mía, me fije en una cosa, ¡sus brazos estaban enteros!, así que Milo no la sacó bien, con manos y todo, unas manos delicadas con las que se atusaba su cabello moreno, una caricia de ellas haría subir la libido y enervar al hombre menos ardiente o más frío de la tierra, sus senos afloraban del liviano vestido firmes y procaces, rematados en su cima por dos frutos del bosque, carmesí, que incitaban a comerlos, sus caderas onduladas y sus largas piernas me embelesaban. El vientre liso y su breve cintura atraían mis ojos como el imán al hierro. Estaba más excitado que cuando vi la primera vez cruzar las piernas a la Sharon Stone en instinto básico allá por los 90, o el canalillo de Tera Patrick. Además el contraste con las gracias que eran más bien puestas en carnes y hasta algo celulíticas (véase Rubens en el Pardo), todavía daba mayor encanto si cabe a su figura.
Al ver mi turbación sonrió, me miro fijamente y me pidió que me acercara a ella... su labios rojos parecían ofrecerse mientras me acercaba mirándola turbado... entonces resonó una voz estruendosa...
¡BUENOS DÍAS SEÑORAS Y SEÑORES, SON... LAS 8 DE LA MAÑANA!
Era Carlos Herrera que me despertaba como todos los días a la misma hora...
11 comentarios
Olga -
ja, qué "gracias"!!
carlitos -
Iñakil -
carlitos -
(Del lat. coxus, de coxa, anca).
1. adj. Dicho de una persona o de un animal: Que cojea, bien por falta de una pierna o pie, bien por pérdida del uso normal de cualquiera de estos miembros. U. t. c. s.
Todo esto según la RAE.
Iñakil -
JIL -
En este caso no es extraño que el referido tipo quedara dañado de ambas si como dicen se dio un batacazo tal al ser arrojado desde el cielo.
Iñakil -
JIL -
Fer -
Las gracias
Talia
Talía era la mayor de las tres Cárites o Gracias. Presidía sobre los banquetes y demás festividades, otorgando los dones de la abundancia y la fertilidad. Era hija de Zeus y de Eurínome o Eunomia.
En las representaciones artísticas se distingue por ser la única de las tres que lleva flores en la cabeza o enredaderas en sus ropajes. En otras obras aparece completamente vestida, en comparación con sus otras dos hermanas, que aparece semidesnuda (Eufrósine) y completamente desnuda Áglae.
http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/7/7b/Thalia.jpg
Aglaya
En la mitología griega, Aglaya o Áglae (en griego antiguo Ἀγλαΐα, la resplandeciente, la que brilla, la esplendorosa, la espléndida) era la más joven y bella de las tres Cárites. Simbolizaba la inteligencia, el poder creativo y la intuición del intelecto.
Era hija, como sus hermanas Eufrósine y Talía (las Gracias), de Zeus y de la oceánide Eurínome.
Según algunas versiones, era esposa de Hefesto(aunque la versión más aceptada y difundida es la del Hefesto casado con la diosa Afrodita), con quien según la tradición órfica fue madre de:
Eucleia (Ευκλεια), diosa de la buena reputación y la gloria
Eufeme (Ευφημη), diosa del correcto discurso
Eutenia (Ευθηνια), diosa de la prosperidad y la plenitud
Filofrósine (Φιλοφροσυνη), diosa de la amabilidad y la bienvenida
Eufrósine
En la mitología griega Eufrósine (en griego Ευφροσυνη, júbilo, alegría) era una de las tres Cárites, hija de Zeus y de Eurínome. Algunos piensan que es la Gracia intermedia entre Talía y Aglaya. Como indica su etimología, simboliza la alegría.
Invitado -
Fer -
Según Hesíodo, son el fruto de la unión de Zeus y la oceánide Eurínome. Son tres: Aglaya, Eufrosine y Talia. Forman parte del séquito de Afrodita y personifican la gracia y la belleza.